miércoles, 6 de noviembre de 2013

ACERCA DEL LIBRE ALBEDRIO: ¿ES COMPATIBLE LA SOBERANIA DE DIOS CON LA LIBERTAD HUMANA?

El presente artículo tiene como finalidad aclarar un poco el concepto de “Libre albedrio”, tan extendido en nuestras iglesias de corte pentecostal. Si bien se acepta en el presente artículo una facultad de elección en el ser humano, se llegara a la conclusión de que esta facultad está totalmente afectada por el pecado y solo los méritos de Cristo pueden restablecerla.[1]

Es muy común dentro del ámbito eclesiástico confundir la noción de libre albedrío con la noción de libertad y es por eso que antes de iniciar es necesario definir ambas nociones. Desde un punto de vista bíblico el libre albedrio es la posibilidad que se tiene de elegir entre el bien y el mal el cual está totalmente afectado por el pecado. La libertad seria entonces el buen uso del libre albedrio.

Como podemos constatar por la experiencia, el ser humano es un agente moral (facultad de obrar “bien”  u obrar “mal”). Esto es un hecho comprobado sociológicamente y psicológicamente. Negar el libre albedrio sería una burla al buen juicio.

Ahora bien la existencia de este libre albedrio ¿no suprime la soberanía de Divina? ¿No se cae sin querer en una paradoja teológica? A lo largo de la historia tanto teólogos como filósofos cristianos han debatido esta supuesta paradoja y la única solución a la que han llegado es la supresión del libre albedrio.

Si nos vamos a la Biblia, el relato registrado en Génesis 3 es un ejemplo claro de la existencia de la libre elección humana entre lo “bueno” y lo “malo”. El pecado fue desde el principio de la creación la posibilidad ética. Cuando Dios creo a seres morales, de antemano previo la posibilidad de que estos se inclinaran a su propia voluntad y deseos, generando así el pecado y la maldad en el mundo.
Siguiendo el relato del Génesis vemos como el versículo 6 registra:
“Cuando la mujer vio que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y que el árbol era deseable para alcanzar sabiduría, tomó de su fruto y comió; y dio también a su marido que estaba con ella, y él comió.”[2]

En este pasaje vemos como la mujer codicio y eligió comer del fruto, si bien la serpiente genero influencia, fue el impulso interno lo que finalmente motivo a la mujer a probar del fruto. Vemos así la facultad moral del ser humano en acción.

Luego de analizar este relato podemos concluir que el libre albedrio es una realidad, el ser humano tiene la posibilidad de elegir entre el bien y el mal. Pero ¿no sigue sin resolver la paradoja? ¿No genera esto un antropocentrismo, dejando en manos del ser humano la facultad de su salvación?
Pues bien, junto con la aceptación del libre albedrio debemos notar que después de la caída en Edén, esta facultad de elección se vio afectada. El ser humano ya no es capaz de elegir lo que es bueno ante los ojos de Dios, sino lo “bueno” ante sus propios ojos. Opta por vivir conforme a su voluntad y no conforme a la voluntad del único Dios verdadero y santo.

Esta gran verdad es enseñada por la mejor tradición reformada y se puede resumir en el primer punto del TULIP: “el ser humano está completamente afectado por el pecado en todo su ser: cuerpo, alma, mente y emociones” el profeta Isaías lo dice claramente:

“Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento”[3]

Podemos concluir que, si bien el ser humano tiene facultad de elección (libre albedrio), esta facultad se vio afectada después de la caída. Que el ser humano elige es una verdad innegable, pero que siempre elige mal es aún más irrefutable. Con la caída se perdió el buen uso del libre albedrio, es decir, se perdió la libertad.
Ala perderse esta libertad el ser humano nunca podrá elegir a Dios en  sus propios medios, solo la libre elección divina a través de Cristo es la solución a este dilema. Esta elección divina se basa en la libre voluntad y soberanía Divina y no en nada que el ser humano haga. Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios.

Solo en la comunión con Dios a través de Cristo, el ser humano recobra su libertad plena. Esta libertad no es más que el buen uso del albedrio y este buen uso solo se manifiesta al seguir la voluntad del Dios vivo y santo, reconociendo que el Espíritu Santo nos ayuda e perseverar hasta el final de los tiempos. Amen.





[1] Para una mayor información véase la defensa que del libre albedrio  hace el filósofo reformado Alvin Plantinga: http://es.wikipedia.org/wiki/Defensa_de_Alvin_Plantinga_del_libre_albedr%C3%ADo y http://www.youtube.com/watch?v=cXjeVVcVmE0
[2] La Biblia de las Américas (© 1997 Lockman)
[3] Isaías 64:6 (Reina-Valera 1960)


martes, 29 de octubre de 2013

LA DOCTRINA DE LA SALVACIÓN


En esta ocasión presentaremos un breve estudio de la doctrina de la salvación (o soteriología, en términos teológicos), en el cual veremos las implicaciones que esta doctrina tiene en la vida del creyente y los errores en los cuales se suele caer a la hora de interpretar dicha doctrina. Aunque nos plantamos dentro de la tradición reformada no olvidamos otras tradiciones teológicas, por el contrario buscamos un dialogo entre ellas tratando de hacer una síntesis de sus puntos de vistas e integrándolas.
Introducción.
La palabra soteriología se deriva de dos palabras griegas, soteria y logos. La primera significa salvación, y la segunda disertación o doctrina. De allí que la soteriología sea llamada doctrina de la salvación.
Al contemplar la santidad de Dios y al ver el fracaso y pecado de la humanidad, se hace necesario un plan de salvación suficiente para cerrar la vasta brecha entre la pecaminosidad del ser humano y la santidad de Dios.
Ese plan de salvación fue instituido por Dios y es tan simple que hasta el más pequeño y humilde ser humano podría tomar suficiente de el para experimentar su poder trasformador. Al mismo tiempo, es tan profundo que jamás se ha descubierto imperfección en él.
¿Arminio o Calvino? Dos puntos de vistas.
Dentro del ambiente evangélico existe una larga polémica en cuanto a la salvación, puesto que existen dos corrientes de interpretación de la misma. Por un lado tenemos al arminianismo que enfatiza la responsabilidad humana respecto a la salvación, y por otro lado tenemos al calvinismo el cual enfatiza la suprema soberanía de Dios.
Estas dos tradiciones teológicas argumentan que su postura es la más bíblica entre todas pues ambas se remiten a versículos bíblicos para apoyar su postura. De aquí que algunos escépticos argumenten contradicciones en la Biblia. Esto no es cierto, la Biblia no se contradice, es el ser humano quien interpreta cada versículo conforme a su tradición. Cada quien se llega a la Biblia con prejuicios de carácter teológicos.
Como ya lo anunciamos, nos basaremos en la tradición reformada para realizar este estudio por considerar que es la que más se acomoda a lo revelado en las Sagradas Escrituras. La tradición reformada subraya la predestinación y la salvación. Enseña que el ser humano está afectado por el pecado en todo su ser, que el favor de Dios hacia el ser humano se debe por completo a la libre elección divina y no tiene nada que ver con nada que el ser humano haga, que Cristo llevo los pecados de aquellos que fueron elegidos para salvación, que el llamado de Dios es irresistible y que no es posible caer de la gracia.
La depravación total del ser humano.
Las Sagradas Escrituras enseñan claramente que el ser humano esta totalmente corrompido a causa del pecado y por ello no puede hacer nada para ser salvo. (Isaías 64:6). Debido a esta condición espiritual del ser humano, la salvación es obra absoluta de Dios; el ser humano no tiene absolutamente nada que hacer. Si se arrepiente, cree y acude a Cristo, es solo porque ha sido atraído por el poder del Espíritu Santo.
Esto nos enseña que el favor de Dios se debe por completo a la elección divina. Es totalmente inmerecido y no se basa en ninguna buena obra que haga el ser humano.
¿Por quién murió Cristo?
Es de esperar que al leer lo anterior surja de inmediato la polémica. Los arminianos plantean que Cristo murió por cada ser humano en esta tierra, habidos y por haber. Por su parte los calvinistas insisten en que Cristo solo murió por los elegidos. Es razonable preguntar entonces ¿quién tiene la razón? ¿arminianos o calvinistas? Resolver este dilema es de suma importancia para el desarrollo de nuestra fe. Sino estamos seguros respecto a nuestra salvación, nunca podremos llevar una vida productiva en Cristo.
Respecto al dilema en cuestión, existen ciertos pasajes bíblicos que arrojan una luz para dilucidar cualquier controversia:
Tito 2:11-12:
11 Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, 12 enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente,
En este versículo vemos como la salvación se extiende claramente a todo el género humano. No cabe duda que la invitación aquí es de carácter universal. Dios ha manifestado salvación para todo el género humano. A esto podríamos llamar una salvación genérica, es decir: Cristo murió para redimir a la humanidad como género. Al estar tan corrompida por el pecado, la naturaleza humana se encuentra caída de la gracia y es por ello que necesita ser redimida y regenerada. La muerte de Cristo en la cruz llevo a cabo esta función redimió y regenero la naturaleza caída de la humanidad. Sin embargo esta salvación genérica solo llega a ser efectiva (individual) en los “elegidos” para salvación. Pero ¿qué quiere decir esto de “elegidos” pues el siguiente versículo nos da la respuesta.
1 Pedro 1:2:
. 2 elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas.
Lo que este pasaje enseña es que Dios, en virtud de sus conocimientos, supo quiénes eran aquellas personas que aceptarían el evangelio y se mantendrían salvas, y predestino a los tales a la herencia celestial. Previo sus destino, pero no lo fijo.
Cuando el Nuevo Testamento describe a creyentes como objetos de la presciencia de Dios, el propósito es asegurarnos que Dios ha previsto toda dificultad que nos confrontara, y que puede guardarnos sin caer y lo hará. (Confróntese con Romanos 10:29-30)
¿Se pierde la salvación?
Debido a que la salvación solo es efectiva para los “elegidos”; la expiación fracasaría si alguno de esos elegidos se perdiera. Una persona solo puede ser salvada y guardada por la gracia de Dios, la cual es irresistible, por esto el ser humano no puede caer jamás de la gracia, es decir, no puede perderse. (Juan 28:29; Romanos 11:29; Filipenses 1:6; 1 Pedro 1:5; Romanos 8:35; Juan 17:6).

lunes, 9 de septiembre de 2013

SOLA FIDE

El presente articulo fue publicado en el blog de mi hermano Jhon Fredy Alvarado Cervantes, el cual lleva por nombre http://articulosbiblicos.blogspot.com/ :


Esta frase latina significa Por Fe Solamente, es proclamada en las Sagradas Escrituras en Romanos 1:17 cuando declara que el Justo por la Fe vivirá, eso quiere decir que el hombre es justificado por la fe en Cristo Jesús, como el apóstol Pablo  mas adelante en la carta a los Romanos escribe: La justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él... Con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús... Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la Ley. (Romanos 3:22, 26, 28), ya que por la Ley y sus obras ningún ser humano es justificado delante de Dios (Véase Romanos 3:20a; Gálatas 2:16).

 El comprender que nuestras mejores obras justas no nos constituye justos ante el Todopoderoso es difícil para nuestro pensamiento auto suficiente y totalmente egoísta, ya que declaran las Escrituras que son como trapo de inmundicia (Isaías 64:6), en esta expresión Isaías usó la imagen de los paños menstruales utilizados durante el período de una mujer (Levítico 15:19-24).[1]

Sólo por fe en Jesús somos declarados justos porque escrito está: Pero ahora, sin la mediación de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, de la que da testimonio la ley y los profetas. Esta justicia de Dios llega, mediante la fe en Jesucristo, a todos los que creen (Romanos 3:21, 22 Nueva Versión Internacional), aún esto es declarado en el Antiguo Testamento cuando Abraham creyó a Jehová, y le fue contado por justicia (Génesis 15:6) es una cita que Pablo utiliza para enseñar a los creyentes acerca de la Justificación por fe (Romanos 4:3; Gálatas 3:6).

Ahora es importante aclarar tres elementos para identificar la fe genuina. Los reformadores utilizaron tres términos latinos para identificar estos tres elementos, las cuales son: notitia, assensus y fiducia

Notitia es el conocimiento de la salvación por medio de la persona de Jesucristo, lo que Él hizo su obra redentora, su muerte vicaria y resurrección de los muertos, en sí trata de las verdades elementales del Evangelio.

Assensus es la convicción de que en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos (Hechos 4:12) y el Único Camino es Jesús (Juan 14:6).

Pero es de aclarar que los demonios tienen estos dos elementos: También los demonios creen y tiemblan (Santiago 2:19b), ellos declaran que Jesús es el Hijo de Dios (Mateo 8:29), Hijo del Dios Altísimo (Marcos 5:7; cf. Lucas 4:41), aún ellos conocen quienes sirven al Señor: Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, quienes os anuncian el camino de salvación (Hechos 16:17).

Lo que distingue una fe genuina es el último elemento el cual es Fiducia consiste en aquella confianza y total dependencia del Señor Jesucristo, es aquella fe que nos lleva a creer para justicia (Romanos 10:10) y obrar por amor (Gálatas 5:6).

                          _______
[1] Biblia de Estudio Macarthur nota Isaías 64:6, pág. 961.

     También consultado en el blog del pastor Miguel Nuñez: Para que Su pueblo entienda

jueves, 5 de septiembre de 2013

BENDICIONES A TODOS Y TODAS

Un gran abrazo a toda la comunidad cristiana.

Bendiciones para todos y todas.

Desde este dia este blogg (que por mucho timepo se mantuvo inactivo) sera renovado con nuevas entradas, cuyo fin sera el de glorificar al Dios Santo y verdadero y a nuestro Señor Jesucristo.
Como el nombre del blogg indica, este sera u espaciop para la relexion biblica y teologica desde un puento de vista ortodoxo. Promoveremos un cristianismo integral, que es capaz de renovara y transformara cada area de la cultura y la sociedad.

Gracias de antemano a todos y todas las que sigan y comenten este blogg


Solo a Dios sea la gloria. Amen

EL FETICHISMO RELIGIOSO: CARICATURA DE LA VERDADERA RELIGION POR JOCEPHT JIMENEZ ORELLANO.[1]


POR JOCEPHT JIMENEZ ORELLANO.[1]
 
Una vez, dialogaba una joven con el gran satírico Hogarth, mientras este se encontraba en la mesa de dibujo. La joven manifestó el deseo de aprender a dibujar caricaturas. A esto, Hogarth replicó: “Ay, señorita, esta no es no es una aptitud envidiable. Acepte mi consejo,  y nunca haga caricaturas. Por la larga práctica de ellas, he perdido el placer de la belleza. Jamás veo un rostro como no sea distorsionándolo. Nunca tengo la satisfacción de contemplar lo divino del rostro humano. (WURMBRAND, p. 103)
Antes de hablar de fetichismo religioso es necesario dejar claro que es un fetiche. Un fetiche no es más que un “objeto de culto” y el fetichismo es el “culto” a los fetiches y se equipara con la idolatría. El fetichismo es la creencia en un poder sobrenatural que se aloja en objetos, personas o circunstancias. Los fetiches pueden ser utilizados hasta cierto punto por los seres humanos, pero poseen una voluntad propia. El fetichista busca tener de su parte estos poderes con el fin de que le faciliten su existencia.
Dentro de muchas denominaciones cristianas se suele llevar una vida fetichista (se veneran objetos como biblias, cruces o personas aun, como pastores o predicadores), se deja de lado el verdadero gozo del evangelio y lo reemplazan con fetiches y dioses de madera. Y ni que decir del mundo profano, que a pesar de haberse secularizado trae consigo su herencia religiosa y esto se refleja en la estafa millonaria de la cruz del Gólgota.
El fetiche es una representación religiosa y el fetichismo un fenómeno social que permanece en el hombre profano. Parece ser que se paso de un estado teológicamente avanzado a uno primitivo como es el uso de los fetiches y tótems. Por más que se quiera pasar por un arreligioso no se puede desechar la herencia religiosa (de cientos de generaciones).
Un hombre no puede ser arreligioso, lo más que puede lograr es satirizar la religión, llevar a cabo un método religioso tan elemental que pueda camuflarlo en los momentos convenientes y burlarse así de lo que a su parecer es un método (la religión racional y revelada, exactamente el Cristianismo) para alienar al hombre y gritan orgullosos con Marx: “la religión es el opio del pueblo”.
No han entendido que el ser humano es un animal religioso y por ende no puede permanecer sin religarse.

Metafisicamente  lo creemos imposible e históricamente hay que aceptar con Mircea Eliade y otros analistas de los     procesos religiosos de la humanidad, que “el hombre profano, lo quiera o no, conserva aun huellas del comportamiento del hombre religioso. Haga lo que haga es heredero de estos. No puede abolir definitivamente su pasado, ya que él mismo es su producto. Esta constituido por una serie de negaciones y repulsas, pero continua obsesionado por las realidades de que abjuro…. La mayoría de los hombres sin religión se siguen comportando religiosamente sin saberlo” MARQUINEZ-ARGOTE, p. 107).[2]

Debido a su carácter 
religioso, el hombre profano sublima su religiosidad y en cambio la caricaturiza y se caricaturiza a sí mismo con los fetiches (artistas, literatos, deportistas, otros han vuelto a una suerte de Neo paganismo y adoran tótems tal y como lo hacían las primeras comunidades de humanos).

En conclusión podríamos decir que por más que se proclame la 
secularización del mundo, el animal humano sigue siendo religioso, aun cuando solo sea en una mera caricatura que él se ha creado para su propia conveniencia.

Los que caricaturizan la verdadera 
religión están en situación semejante al satirista Hogarth. En el espejo distorsionado de sus mentes vendadas, aun los ángeles parecen tener rasgos de demonios.

Dejar de lado la 
religión racional y revelada (el Cristianismo) es atentar contra la cultura misma. Los fetichistas “arreligionarios” no comprenden que si se deja a un lado la Biblia, como libro valioso y a la Cristiandad como hecho social, con ellas perecería la cultura occidental entera. Si se suprime el Cristianismo las obras de Miguel Ángel no tendrían sentido y menos sentido tendrían las obras de Bach y Beethoven. Toda la gran literatura universal perecería, donde quedaran las obras de Dostoievski o Tolstoi.

Es aquí donde entran en juego los 
cristianos maduros en su fe, consientes de la necesidad que tiene el mundo fetichista, de la religión racional y revelada, nosotros somos los que debemos desenmascarar la caricatura de la religión fetichista que el hombre “profano” tiene y mostrar, lejos de todo misticismo, que el cristianismo es el culmen de la humanidad.

BIBLIOGRAFIA:

·         WURMBRAND, Richard:
Respuestas a los ateos de Moscú, Bogotá. La voz de los Mártires, 2005.
·         MARQUINEZ-ARGOTE, Germán:
Filosofía de la religión, Bogotá. Ed. USTA-CED, 1988.


[1] Estudiante de quinto semestre de la universidad del Atlántico.
[2] Aquí Germán Marquinez-Argote hace cita del libro de Mircea Eliade, lo sagrado y lo profano. Madrid. Ed., Guadarrama, 1967.