jueves, 5 de septiembre de 2013

EL FETICHISMO RELIGIOSO: CARICATURA DE LA VERDADERA RELIGION POR JOCEPHT JIMENEZ ORELLANO.[1]


POR JOCEPHT JIMENEZ ORELLANO.[1]
 
Una vez, dialogaba una joven con el gran satírico Hogarth, mientras este se encontraba en la mesa de dibujo. La joven manifestó el deseo de aprender a dibujar caricaturas. A esto, Hogarth replicó: “Ay, señorita, esta no es no es una aptitud envidiable. Acepte mi consejo,  y nunca haga caricaturas. Por la larga práctica de ellas, he perdido el placer de la belleza. Jamás veo un rostro como no sea distorsionándolo. Nunca tengo la satisfacción de contemplar lo divino del rostro humano. (WURMBRAND, p. 103)
Antes de hablar de fetichismo religioso es necesario dejar claro que es un fetiche. Un fetiche no es más que un “objeto de culto” y el fetichismo es el “culto” a los fetiches y se equipara con la idolatría. El fetichismo es la creencia en un poder sobrenatural que se aloja en objetos, personas o circunstancias. Los fetiches pueden ser utilizados hasta cierto punto por los seres humanos, pero poseen una voluntad propia. El fetichista busca tener de su parte estos poderes con el fin de que le faciliten su existencia.
Dentro de muchas denominaciones cristianas se suele llevar una vida fetichista (se veneran objetos como biblias, cruces o personas aun, como pastores o predicadores), se deja de lado el verdadero gozo del evangelio y lo reemplazan con fetiches y dioses de madera. Y ni que decir del mundo profano, que a pesar de haberse secularizado trae consigo su herencia religiosa y esto se refleja en la estafa millonaria de la cruz del Gólgota.
El fetiche es una representación religiosa y el fetichismo un fenómeno social que permanece en el hombre profano. Parece ser que se paso de un estado teológicamente avanzado a uno primitivo como es el uso de los fetiches y tótems. Por más que se quiera pasar por un arreligioso no se puede desechar la herencia religiosa (de cientos de generaciones).
Un hombre no puede ser arreligioso, lo más que puede lograr es satirizar la religión, llevar a cabo un método religioso tan elemental que pueda camuflarlo en los momentos convenientes y burlarse así de lo que a su parecer es un método (la religión racional y revelada, exactamente el Cristianismo) para alienar al hombre y gritan orgullosos con Marx: “la religión es el opio del pueblo”.
No han entendido que el ser humano es un animal religioso y por ende no puede permanecer sin religarse.

Metafisicamente  lo creemos imposible e históricamente hay que aceptar con Mircea Eliade y otros analistas de los     procesos religiosos de la humanidad, que “el hombre profano, lo quiera o no, conserva aun huellas del comportamiento del hombre religioso. Haga lo que haga es heredero de estos. No puede abolir definitivamente su pasado, ya que él mismo es su producto. Esta constituido por una serie de negaciones y repulsas, pero continua obsesionado por las realidades de que abjuro…. La mayoría de los hombres sin religión se siguen comportando religiosamente sin saberlo” MARQUINEZ-ARGOTE, p. 107).[2]

Debido a su carácter 
religioso, el hombre profano sublima su religiosidad y en cambio la caricaturiza y se caricaturiza a sí mismo con los fetiches (artistas, literatos, deportistas, otros han vuelto a una suerte de Neo paganismo y adoran tótems tal y como lo hacían las primeras comunidades de humanos).

En conclusión podríamos decir que por más que se proclame la 
secularización del mundo, el animal humano sigue siendo religioso, aun cuando solo sea en una mera caricatura que él se ha creado para su propia conveniencia.

Los que caricaturizan la verdadera 
religión están en situación semejante al satirista Hogarth. En el espejo distorsionado de sus mentes vendadas, aun los ángeles parecen tener rasgos de demonios.

Dejar de lado la 
religión racional y revelada (el Cristianismo) es atentar contra la cultura misma. Los fetichistas “arreligionarios” no comprenden que si se deja a un lado la Biblia, como libro valioso y a la Cristiandad como hecho social, con ellas perecería la cultura occidental entera. Si se suprime el Cristianismo las obras de Miguel Ángel no tendrían sentido y menos sentido tendrían las obras de Bach y Beethoven. Toda la gran literatura universal perecería, donde quedaran las obras de Dostoievski o Tolstoi.

Es aquí donde entran en juego los 
cristianos maduros en su fe, consientes de la necesidad que tiene el mundo fetichista, de la religión racional y revelada, nosotros somos los que debemos desenmascarar la caricatura de la religión fetichista que el hombre “profano” tiene y mostrar, lejos de todo misticismo, que el cristianismo es el culmen de la humanidad.

BIBLIOGRAFIA:

·         WURMBRAND, Richard:
Respuestas a los ateos de Moscú, Bogotá. La voz de los Mártires, 2005.
·         MARQUINEZ-ARGOTE, Germán:
Filosofía de la religión, Bogotá. Ed. USTA-CED, 1988.


[1] Estudiante de quinto semestre de la universidad del Atlántico.
[2] Aquí Germán Marquinez-Argote hace cita del libro de Mircea Eliade, lo sagrado y lo profano. Madrid. Ed., Guadarrama, 1967.   



3 comentarios:

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  2. Si es bien cierto el fetichismo ha invadido el ala "atea", no es mentira que se ha filtrado en la Cristiandad, pero nunca penetrará el Cristianismo

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  3. eL ACTO MAS MAQUIAVELICO DE LAS RELIGION cATOLICA

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